Félix Espoz. Madrid
“Las terapias oncológicas están creciendo e impactando en la actividad de los servicios de Farmacia y en sus presupuestos económicos, pero no nos hemos visto beneficiados con un incremento de personal para poder atender esta demanda y tampoco nos han dotado de más espacio, ya que estos pacientes necesitan un lugar donde ser atendidos y explicarles sus tratamientos”, ha asegurado Alicia Herrero, jefe de Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital La Paz, que cree que la crisis económica actual va influir en no poder paliar esta situación.
Mariano Provencio, Cristina Avendaño, del Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda; Laura Cabiedes, profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, y Alicia Herrero.
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Herrero ha participado la I Jornada en Economía de la Salud, que ha reunido a expertos para abordar diferentes aspectos de la eficiencia de los tratamientos farmacológicos en oncología, realizada en el Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda. En su intervención ha señalado que los fármacos oncológicos son los que más investigación, desarrollo y comercialización están teniendo. “El número de estas terapias ha crecido. Esto influye en la actividad de los servicios de farmacia. Estos fármacos, o bien son intravenosos, que debemos elaborar antes de ser dispensados a los pacientes, o son terapias orales que se dispensan a través de la farmacia del hospital”, ha agregado.
Según esta experta, las terapias oncohematológicas ocupan cerca de un 20 por ciento de los presupuestos destinados a medicamentos en su hospital. Este porcentaje “tan alto implica la necesidad de una gestión muy buena, pero no sólo de gasto sino de uso de estos medicamentos, y por tanto la protocolización, la utilización en condiciones necesaria y aplicando criterios de eficiencia. Utilizarlos en condiciones de coste-oportunidad”, ha afirmado Herrero.
En Madrid, como en otras comunidades autónomas, se han pasado fármacos antineoplásicos orales de las oficinas de farmacia a los servicios de farmacia de los hospitales o bien cuando se comercializan pasan directamente a los centros hospitalarios. “Esto ha tenido impacto presupuestario y en el volumen de la actividad. Nuestra actividad de pacientes externos se nos ha incrementado cerca de un 12 por ciento en el último año”, ha apuntado.
Para Herrero, la dispensación de fármacos orales implica un seguimiento de los tratamientos, de los efectos adversos y de los protocolos establecidos. “Todo esto acaba traduciéndose en eficiencia”, ha concluido.
Debate fructífero
Mariano Provencio Pulla, jefe del Servicio de Oncología Médica del Puerta de Hierro-Majadahonda, y organizador de las jornadas, ha explicados que esta reunión ha servido para reflexionar sobre los distintos tipos de quimioterapia oral dirigida contra diana y cómo esto cambia la percepción de los pacientes, la eficacia y el coste. “Fue un debate muy interesante entre distintos campos, ya que había farmacólogos y farmacéuticos”, ha afirmado.
“Se analizó que la mayor cantidad de fármacos que hay dirigidos contra diana frente a otro tipo de quimioterapia. La mayoría de estos fármacos son orales. Pese a los temores iniciales, los pacientes han acogido bien estos fármacos. Además han demostrado eficacia y eficiencia. Estos medicamentos son más caros, pero evitan costes sanitarios como infusores, estancias en el hospital de día, esperas para ponerse la quimioterapia o gastos hospitalarios que no son cuantificables. Además de su alta eficacia contra el tumor”, ha añadido el experto, que ha recalcado que estas terapias destacan por su coste-beneficio.
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